Hechos


Guillaume Herbaut, Tiroteo en Ciudad Juarez
Antonio Bofi, Operation Impact, Nueva York
La fotografía da testimonio de las formas de vida y los acontecimientos del mundo. Sin embargo, ¿cómo se las arreglan los fotógrafos para pasar de una práctica de mera crítica social –lo que implica también la pérdida del poder documental de la fotografía- a un estadio donde se utilizan las estrategias del arte para mantener la importancia social –como testimonio, como crítica, como denuncia, etc- de la fotografía? En suma ¿cómo puede la fotografía documental convertirse en arte sin perder su esencia crítica?
Los fotógrafos de arte contemporáneo han respondido a este desafío, en su mayor parte adoptando prácticas de antiperiodismo: permaneciendo fuera del foco principal de la acción, alejándose de la immediatez y la urgencia de un fotoreportaje tradicional y llegando después del momento decisivo de la acción. Han usado cámaras de medio y gran formato (frente a los 35mm del fotoperiodismo clásico) y han engrosado un grupo de fotógrafos que enfocan la realidad social de una manera ordenada y contemplativa aunque crítica.
Muchos de ellos han preferido mostrar lo que queda después del caos y la urgencia del acontecimiento noticiable, centrándose en los hechos y su interés global, sociológico, antropológico, etc. y adquiriendo así una perspectiva de calidad. [Charlotte Cotton, The photograph as contemporary art]